Estamos tan acostumbrados a ver a las famosas, tan elegantes, bellas, bien maquilladas, con unas poses estupendas, que a veces olvidamos que son de carne y hueso, y que detrás de toda esa pose de “soy una dama de los pies a la cabeza”, también tienen su debilidades, sobre todo cuando se toman unas cuantas copas y vete tu a saber, que otras cosas y en esos momentos les gustaría matar al fotógrafo.
Kate Moss, no quiere ni desperdiciar una gota de su bebida y se lleva la copa puesta.